miércoles, 5 de enero de 2011

DISFRUTANDO DE LOS OLORES

Un placer inmenso recorrió mi glándula pituitaria el pasado dos de enero hasta ahora. Pude oler el perfume de las personas que me acompañaban, pude saborear la cerveza con la que disfrutaba, pude respirar tranquilamente. Eché de menos ese divertido escozor de ojos, pude ver niños y niñas que acompañaban a sus padres en ciertos bares o cafeterías que antes no lo hacían-lógico-.Note como al salir de aquellos lugares olía casi igual que el poniente que soplaba. Curioseaba con mi nariz mis prendas y la de mis acompañantes y no olían a nada. Pensaba que ya no tenía que poner a airear durante varios días una prenda que era limpia del mismo día. Pensé, que si algún día salía por la noche, no me iba a tener que meter en la ducha a las tres de la madrugada para quitarme esa manta pestilente de humo que había caído tantas veces sobre mi cabello, manos o prendas...y no iba a tener esa sensación de “puerco en la cama”. Me vino a la mente ese restaurante que me gusta tanto, el cual, ya no tendré que compartir su “foie” humeado, o esa magnífica presa ibérica aireada con esencia de tabaco americano.

Y es que aunque no te lo pareza siempre he vivido con un fumador-bueno ya no-,mi padre, desde los trece años, ahora setenta y cuatro, constante y contínuo entre sus caladas y sus dedos amarillentos. Recuerdo como de pequeño le llevaba el cigarro hasta su boca e incluso se lo encendía a modo de juego funcional. La suerte me deparó el no probarlo, ni catarlo, la adolescencia me hizo un salto en esa fase que superé sin catar. Sé y comprendo lo que es fumar, porque he vivido fumando sin fumar. Sé que es duro que no puedas compartir tu Cámel, tu Fortuna después de una buena cena, con tu copa, con tu conversación o simplemente porque la nicotina llama a tu cabeza y no puedes frenarte. Pero la lógica es aplastante, un vicio que no aporta nada no podía superar el disfrute de los olores que nos ofrece la vida.

3 comentarios:

  1. Por llevarles la contraria a estos carajotes, vuelvo a fumar (tabaco de liar que es más barato, como antaño).
    El otro día, sin ir más lejos, nos dice el déspota desilustrado de mi jefe, al que se le encogería someramente el escroto si lo denominásemos patrón: -A partir de hoy, que sepan uds. que está totalmente prohibido fumar en el taller- A lo que le contesté: - Yo no fumo, pero no crees que es más perjudicial todo el ambiente nocivo (soldadura, gases, humos, aceites...) en el que estamos que un miserable pitillo...Y me responde: -Yo sólo sé que hay que cumplir la ley y os puedo incluso hasta sancionar- Y ya como tantas otras veces con el alma obrera encendida, por no decir otra cosa le zampé: -También sabes, al igual que todos nosotros, que la ley y la inspección laboral te obliga a adecuar el taller según las normativas vigentes en seguridad y salud laboral en los centros de trabajos metalúrgicos y el único avance que hemos visto es que se han vuelto a pintar las puertas de la entrada con pintura verde en vez de azul (que es más al gusto de su señora que de el nuestro)o sea que dime quién debe de ser sancionado antes que nadie...
    Se calló con la mirada brillosa y clavada en mí, como la de los forajidos de las películas de comboys buscando venganza. Entonces, ni corto ni perezoso le dije a mi compañero Paco, único fumador en el taller:-Paco, dame uno de esos "guínstons" de contrabando de los que compras en los callejones que nos lo vamos a fumar por lo que era la libertad en España...
    De momento es el tabaco... vamos a ver que viene después: el gulag para los que no se mueran trabajando...
    Mi abuela lo decía: -Como entren los rojos a gobernar...MALO- Y es que el respeto por los mayores y su experiencia de la vida hace tiempo que los regímenes políticos se han encargado de extinguir o suplantar por otras "enseñanzas" más acordes al color de sus intereses "políticos".
    A la Paz de Dios, Vencedores (por el momento)

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  2. Gran reflexión, gracias por compartirla,nosotros también estábamos deseando ver la reacción de la gente en los bares y hemos disfrutado muchisimo al ver al camarero mover la cabeza diciendo NO cuando le preguntaba si se podía fumar. Verónica.

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  3. Gran acontecimiento. Todo es respetable pero uff, qué alivio, qué purificación!

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