lunes, 21 de agosto de 2017

ALEJANDRO EL VALIENTE

             La velocidad en el tiempo siempre es la misma, pero dependiendo del prisma que se vea se hace rápido o eterno. Y eso es que lo me pasa con Alejandro, mi sobrino. Hace nada, nada de nada, era un pequeño ratoncillo obediente, dócil, bondadoso, con toques de introversión que lo hacen encantador. Y aunque, aún sigue cumpliendo todos esos adjetivos y muchos más, el ratoncillo ya se ha vuelto un espigado muchachito, niño realmente, porque a los catorce podemos tener ya ancianos, jóvenes, adolescentes o niños. Para mi Alejandro sigue siendo un niño, un niño maduro, responsable y adorable, que se está viendo atrapado por las redes de la obligada, y olvidada para los adultos en ocasiones, pubertad.

            Te escribo esto porque me apetece, porque tengo ganas y porque te quiero, te queremos todos, cada uno con su forma y su estilo. Nos dará añoranza el que te marches, no lo dudes. Es importante la educación emocional, expresar lo que uno siente para reeducar el alma y la sinceridad con nosotros mismos y con los demás, así que sin miedo a la expresión sana y limpia que te surja.

            No hace falta que te lo diga, porque tu familias más directa ( Mamá, Papá y Cristina ) te lo dirán cien mil veces, pero disfruta del momento que vas a vivir. Sabes que eres una excepción, miles y miles de estudiantes no pueden disfrutar de lo que vas a  hacer por diversas circunstancias, así que intenta aprovechar esta singularidad que te puede ofrecer tu familia y que tú mismo te has labrado con tu sudor. Disfrútalo, ámalo  y aprovéchalo. Tú mismo, en tu crecimiento futuro o cercano verás, si todo esto que hacen tus padres por ti merecerá la pena. Ya mismo podrás ser más tú que nadie e irte descubriendo más aún de lo que  estás haciendo ahora. No olvides que esto es un apartadito más de tu larga vida, un granito más de lo que te espera aunque ahora lo veas como una  gran montaña rusa. La vida está llena de obstáculos para llegar a la meta. Con esfuerzo y ganas todos llegan; es verdad que unos llegan los primeros, otros en medio y muchos quedan los últimos, pero todos llegan a su destino. Únicamente se quedan parados los que no arrancan o no partieron, y con todo, también tendrán su oportunidad.

            Sé valiente para vivir, disfrutar y pensar. La valentía no es solo ir hacia delante, también se es valiente cuando modificamos, cambiamos o tomamos decisiones erróneas o acertadas,  aunque en ocasiones tengamos la sensación que no hemos avanzamos, pero realmente sí que lo hacemos.



            Alejandro, disfruta, no tengas miedo y...¡¡¡ adelante valiente!!! 

domingo, 20 de agosto de 2017

BARCELONA

Es muy difícil contener la lengua emocional tras el atentado terrorista en Barcelona. Pero la diferencia entre animales y personas, entre unos tipos y otros, provocan con el tiempo encontrar  un equilibrio “visceroracional” que muchos pierden con cierta lógica inicial.

                Ya lo vemos, esto no es nuevo, y sabemos desde hace un tiempo. La cercanía en los actos nos produce una afecto emocional mayor; la lejanía nos produce sorpresa y un simple :“vaya tela con esta gente”, o tal vez un: “que se maten entre ellos”. Pero estamos ante el mismo problema, pero con diferentes distancias, aunque puede con diferentes ejecutores.

                Asia del Sur, Oriente Medio, zonas del Norte de África, África Subsahariana y Europa del Este se llevan el “honor” en los ataques del Estado Islámico. Europa Occidental, Asia Central, Norteamérica, “disfrutamos” de los últimos escalones de la matanza aunque muchos no lo crean o no les interese saberlo.

                Estos datos nos importan bastante poco  o nada cuando nos afectan de lleno en nuestras emociones. Nos acordamos rápidamente de que tú o yo hemos pasado por ahí, y qué conoces a gente, o que viven familiares o amigos... Y ni que decir tiene cuando tú o yo somos los afectados directos, no quiero ni imaginar lo que tiene que ser perder a un hijo, una esposa, un padre, un hermano o un amigo en esas situaciones.

                ¿Y qué hacemos el resto? Nos seguimos quedando con la boca abierta, liberamos nuestro odio comentando “chorradas” en redes sociales, dónde solo vemos el enunciado de la noticia y criticamos sin ningún argumento. Nos centramos en las “carajotadas” de  las banderas, en las pagas que le dieron a los que vinieron aquí como inmigrantes,  compartimos esos vídeos trucados xenófobos,  sacamos la bandera católica, compartimos cartelitos por Whatsaap generalizando a los musulmanes, aprovechamos para dar caña a unos y otros partidos políticos, y restregar la mierda de la España más maruja e inoperante, los cuáles son pocos pero hacen mucho ruido.  A ellos les interesa nuestro odio, no me cabe duda.

                Cuanta energía gastada en redes sociales, que de palabras al viento, que odio reales e irreales, que de tontos reunidos ante un grupo social que no da soluciones  a nada.

                Comprendo y comparto el “yo me cago en la puta madre de toda esta gente”, pero después tiene que venir la parte efectiva.

                ¿Qué lleva a un chico a cometer esto? ¿Cuáles son sus perfiles? ¿Cómo se captan? ¿ Son los mismos que matan en otros lugares? ¿Qué buscan?  Qué consiguen? ¿Quién los capta? ¿Cómo? ¿Por qué todos los musulmanes no son iguales? ¿O lo son todos? ¿Por qué se interpreta el Corán de diferentes formas? ¿Dónde está la raíz? ¿La hay? ¿Estamos seguro?  

                Todas estas cuestiones y muchas más poco importan para la familia de los fallecidos, los cuales, con lógica inicial desean la mayor venganza, sin que ella misma pueda devolver, por desgracia, a sus seres queridos. El fastidio está hecho el resto de sus vidas, y tanto.

                Pero el resto no podemos quedarnos ahí, hay que avanzar hacia algo, y sabemos que los cuerpos del estado trabajan al 100% en ello. Sé poco de lo que hay que hacer ante estos casos,  pero sé que puedo pensar en la búsqueda de parar esto. Pero hay que seguir luchando contra este terrorismo atroz pero sin perder de referencia  el germen que lo produce, que lo abastece y le da cobijo.


                Una abrazo a Barcelona,  a sus gentes, a esa ciudad europea perfectamente organizada, avanzada y maravillosa, deseando poder volver por sus rincones.