La velocidad en el tiempo
siempre es la misma, pero dependiendo del prisma que se vea se hace rápido o
eterno. Y eso es que lo me pasa con Alejandro, mi sobrino. Hace nada, nada de
nada, era un pequeño ratoncillo obediente, dócil, bondadoso, con toques de
introversión que lo hacen encantador. Y aunque, aún sigue cumpliendo todos esos
adjetivos y muchos más, el ratoncillo ya se ha vuelto un espigado muchachito,
niño realmente, porque a los catorce podemos tener ya ancianos, jóvenes, adolescentes
o niños. Para mi Alejandro sigue siendo un niño, un niño maduro, responsable y
adorable, que se está viendo atrapado por las redes de la obligada, y olvidada
para los adultos en ocasiones, pubertad.
Te escribo esto porque me apetece, porque tengo ganas y
porque te quiero, te queremos todos, cada uno con su forma y su estilo. Nos
dará añoranza el que te marches, no lo dudes. Es importante la educación
emocional, expresar lo que uno siente para reeducar el alma y la sinceridad con
nosotros mismos y con los demás, así que sin miedo a la expresión sana y limpia
que te surja.
No hace falta que te lo diga, porque tu familias más
directa ( Mamá, Papá y Cristina ) te lo dirán cien mil veces, pero disfruta del
momento que vas a vivir. Sabes que eres una excepción, miles y miles de
estudiantes no pueden disfrutar de lo que vas a
hacer por diversas circunstancias, así que intenta aprovechar esta
singularidad que te puede ofrecer tu familia y que tú mismo te has labrado con
tu sudor. Disfrútalo, ámalo y aprovéchalo.
Tú mismo, en tu crecimiento futuro o cercano verás, si todo esto que hacen tus
padres por ti merecerá la pena. Ya mismo podrás ser más tú que nadie e irte
descubriendo más aún de lo que estás
haciendo ahora. No olvides que esto es un apartadito más de tu larga vida, un
granito más de lo que te espera aunque ahora lo veas como una gran montaña rusa. La vida está llena de
obstáculos para llegar a la meta. Con esfuerzo y ganas todos llegan; es verdad
que unos llegan los primeros, otros en medio y muchos quedan los últimos, pero
todos llegan a su destino. Únicamente se quedan parados los que no arrancan o
no partieron, y con todo, también tendrán su oportunidad.
Sé valiente para vivir, disfrutar y pensar. La valentía
no es solo ir hacia delante, también se es valiente cuando modificamos,
cambiamos o tomamos decisiones erróneas o acertadas, aunque en ocasiones tengamos la sensación que
no hemos avanzamos, pero realmente sí que lo hacemos.