Hoy
estamos de celebración. Sí, no estoy en el “más del 25 % de
desempleados” de este país, eso si, por ahora. Y creo que con el
camino que lleva la burra en breve será motivo de celebración,
tiempo al tiempo, el problema será con quién celebrarlo...
Es
un 25% de estatismo laboral lleno de de presente y futura
marginalidad que ya agoniza desde tiempo este país, y lo peor no es
el presente, es lo que nos puede esperar.
Me
imagino la situación extrema de muchos españoles; algunos casi
ganado a pulso porque jugaron con fuego y otros solo se lo ganaron
con el sudor de su frente y de su formación.
La
injusticia social se derrama de norte a sur y de oeste a este. Me
queman los oídos al escuchar las diferentes noticias, me abruma el
leer en los periódicos digitales más de lo mismo. A veces entran
ganas de entrar en un estado de autismo prolongado y ausentarme de
por vida de la realidad ajena.
Me
imagino que muchos andarán como yo, cansados de ver que no hay
horizonte, de no avanzar en la siguiente fase, de no encontrar una
salida certera y mucho peor aún el que espera nada de la nada.
Siguen
los gobiernos europeos alejados de la realidad social, aplicando
recetas erróneas a pacientes que ingresados en la UVI. No hay
proyectos ni bases para crear empleo, solo tiritas para curar
hemorragias. España se desangra de pesimismo y de futuro. La
enfermedad del recorte, del déficit está machacando cabezas y
esperanzas. Hemos perdido la capacidad de gobernar para el pueblo y
el pueblo ha perdido la capacidad de reaccionar y de creer y ese es
el peor síntoma.
Ánimo
a todos los desempleados y empleados; a unos para que salgan del pozo y otros para que ni se asomen.
Estoy
cansado de lo que nos rodea y de estas letras...