Lo que era un secreto a voces hace tres meses dejó de serlo hace unos días, las elecciones ya están aquí. Parece que el otoño se va a presentar movido, menos mal que nos queda agosto para desconectar de los medios de comunicación y comprobar,-aunque sea por unos instantes-, que la vida puede ser maravillosa sin saber de los dirigentes políticos. No está mal hacer un reset mental de vez en cuando.
Los candidatos ya van preparando la máquina de la oratoria: las medias verdades y las falsas promesas.
Parece que los resultados serán más que obvios y que la sorpresa quedará para aquellos que sueñan con sueños inalcanzables. Todo se andará.
¿Qué dos deparará el cambio político? Pues, a mi modesto entender, más de lo mismo. Hemos comprobado que la sociedad capitalista en la que estamos inmersos-ahora mismo no hay otra alternativa así que a seguir en ella- no la dirigen realmente los partidos políticos. Cada vez me queda más claro que las grandes empresas mundiales (Real Neerlandesa, Shell, Exxon Mobil, Wal-Mart Stores , BP, Chevron, ConocoPhillips, Grupo ING, Japan Post Participaciones, China National Petroleum …)junto con las conocidas agencias de calificación de riesgo ( Moody's, S&P, Fitch, Japan Credit Ratings, R&I… ) y algunos dirigentes realmente influyentes llevan la batuta de nuestro mundo, y en este caso, de nuestro país, sin olvidar a la “PRIMA” más importante y familiar de todas “LA PRIMA DE RIESGO”, la cual tiene la habilidad de hundir a un país, curiso. Ellos marcan las pautas y los partidos gestionan, mejor o peor, pero el fondo es el mismo.
Cada vez existen menos políticas reales de izquierda o derecha, creo que esa esencia ha desaparecido salvo que sea a través de golpes de estado, dictaduras, etc.
El PSOE en los últimos años no ha podido llevar a cabo una política de izquierdas porque le ha sido inviable en los tiempos que corren, más bien todo lo contrario, se han aplicado medidas conservadoras. ¿Alguien se cree de verdad que el PP nos la iba a hacer? Europa pone los deberes que le dictan las empresas, nosotros votamos a los gestores, que serían nuestros partidos políticos.
Lo que si es verdad es que España necesita un cambio, no por que la alternativa lo vaya a hacer mejor, sino por dar confianza a los mercados. Aunque si miramos a la vecina Portugal no tenemos el mejor ejemplo.
Esperemos que no caigamos en la euforia desmedida creyendo que tras el cambio político mejorarán mucho las cosas-a mi entender quedan muchos años para eso-. Si uno piensa que no va a ver más recortes, que no cerrarán más empresas y que los sueldos comenzarán a subir- a no ser que se baje el IVA- es que usted se encuentra en estado de hipnosis. La confianza que le va a dar el país al PP es para intentar dar un ligero golpe de timón y dar más confianza e ilusión a nuestro país y al exterior, sin olvidar que tienen mejores gestores que el PSOE. No es buena la permanencia indefinida en los gobiernos y menos cuando la situación es insostenible.
No nos equivoquemos, aquí nadie tiene la varita mágica y menos con la clase política que tenemos: un presidente de la oposición manejable, débil, con un discurso pobre donde comienza diciendo que gobernará desde el centro-lo siento por los votantes de derecha incluidos los más acérrimos de su partido- y con un nivel de confianza en caída libre. Y por otro lado el PSOE, tocado y hundido, sin confianza, sin autoestima, sin nada, vacío, pero con un perro viejo de candidato que ha entrado demasiado tarde en juego.
Hagan sus apuestas, aunque son evidentes. Aquí nadie arreglará nada en dos días, pero es necesario cambiar algo. El problema es que ni ellos mismos saben cómo hacerlo ni qué es lo que hay cambiar, ni yo.