Como un gran estreno de
cine, el pueblo español, media UE y gran parte del mundo tienen planes para
este fin de semana. Y aunque los trailers ya han dado gran avance de ello, el
día 1 de octubre se espera un lleno de absoluto en todas las salas televisivas
y radiofónicas mundiales. He de decir que ya hubo primeras partes, pero no de
tanta calidad y realidad como la que presenta en esta ocasión.
Preparen sus asientos, sus palomitas, su mejor sillón y
no dejen de ver Un país de "bandera".
Los actores no tienen desperdicio.
Un gobierno de brazos cruzados durante bastantes años, donde el diálogo político, la torpe habilidad
en sus gestiones con las comunidades y la sordera mediática son sus principales
características en escena.
Dicho actor mejoró en sus últimas actuaciones, ya que no
le quedaba otra. Para que nos entendamos, se ha estudiado el papel de actuación
los últimos tres meses; con prisas y siempre esperando qué hacer cuando su
compañero de reparto entraba en directo al rodaje casi siempre con ventaja.
El otro actor principal es el que se lleva la palma,
nominado al óscar del fuet. Destaca principalmente su cinismo, su capacidad de
desobedecer las normas impuestas y sobresale, significativamente, en el papel
de embaucador social que realiza a los de su entorno y así mismo. Bajo una
imagen de cordero degollado, se esconde un actor que ni él mismo se cree su
propia actuación.
A todo esto le rodea la escena. Una escena general llamada
España y un punto específico llamado Catalunya o Cataluña, que es donde se
rueda el film en su mayoría, y más ahora, que los jueces que valoran la película
son del mismo lugar. La escena no tiene desperdicio, tanto la general como la
específica. Un país complicado, pero con muchísimas cosas positivas: diverso,
variado, rico en cultura, en lenguas, en su historia, con grandes personajes
históricos del pasado y del presente, y muchas personas como tú y como yo que
se esfuerzan a diario para que disfrutemos al máximo de este pasaje llamado
vida. Y qué decir de su gastronomía
envidiable, de su clima y geografía espectacular. Con una calidad de vida,
independientemente del nivel social, que provoca resquemor en muchas partes del
mundo. La escena de mi país es para enmarcarla. Pero tiene un problema, un
problema serio con su historia, con la dictadura pasada, con sus miles de
banderas, sus usos y sus pertenencias, tiene problemas con lo que se dijo y lo que se dice, con lo que fue y con lo que
es. Tiene la desgraciada capacidad de tergiversar las palabras, los hechos y la
historia...Y eso, provocan que en ocasiones, la escena sea de una película de serie B.
Con todo este plantel, la película sigue el camino de su
estreno. A última hora se la han añadido actores secundarios, de muy poca calidad y que no aportan nada,
pero seguro que en pleno rodaje le darán o provocarán un papel principal. Algunas
puestas en escenas serán: cantos a diferentes banderas, quema de las mismas,
visita de “excursionistas” con ganas de acción y, probablemente, y ojalá me
equivoque mucha crema “Voltarén”, y por supuesto, miedo y malestar. Miedo y
malestar de los que saben, viven y sufren
a diario, ya sean de un lado u otro, aunque aquí hay muchas patas para
la mesa. El ridículo estará asegurado
para medio mundo, y seremos protagonistas del mismo.
Comentar que, tras el paso de está desdichada película,
lo más importante serán las críticas posteriores al estreno. Ya que podremos
ver si los actores principales toman el timón y las velas de este barco que
está a la deriva. O tal vez, uno de los actores principales, solicita a su
pueblo unas nueva candidatura para otros films(elecciones anticipadas). Aquí los catalanes tienen la llave para su
nuevo futuro dependiendo de los resultados del mismo, y con ello, un nuevo
paradigma en el que gestionar un nuevo futuro, dependiendo de los hipotéticos resultados. Si estos provocan
una ampliación de la situación actual,
el actor del gobierno central tendrá que cambiar su papel fulminantemente. Si
por el contrario, el pueblo catalán decide dar la estocada a su primer actor,
podremos ver y analizar si el sufrimiento es real en dicha sociedad, dando un
ejemplo de renovación y de conexión con el país.
El camino es el diálogo, la política ,la legislación vigente, o las modificaciones que se crean oportunas a la misma y en en el máximo consenso. Obviar las normas de un país, hacer oídos sordos al diálogo, vitorear o amedrentar a unos y a otros forman parte de la España más rancia.
¡No olviden sacar su entrada para el domingo!
"Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión"
Nelson Mandela