El salto
a las redes sociales y le hecho de poder ser escaparate social ha provocado en
los seres humanos, en ocasiones, un disputa directa o indirecta sobre el “yo
estoy aquí y ahora”.
Y es que
todos hemos pasado por muchas fases en nuestras publicaciones en el amplio abanico
de redes existentes, y un análisis del proceso mental antes del “click exhibicionista” es digno de análisis.
Todo esto
tiene un abanico infinito de matices; qué pensamos antes de publicar algo, qué
pretendemos provocar con esas publicaciones, si es que pretendemos algo y
aunque no lo pretendas seguramente lo provocarás, qué percibirán los receptores
de dicha publicación, qué reacción queremos provocar, qué reacción tiene en la persona
que lo ve, cuánto de verdad hay en nuestras publicaciones, etc.
El
escaparte de nuestra vida lo tenemos a mano, y sin duda todos pasamos por ellos
o hemos pasado. Pero, ¿qué nos anima a publicar? El ser humano, en ocasiones,
es tan poco original que casi siempre nos movemos por imitación. Y sí, la
mayoría de los mortales no hemos tenido, hasta hace bien poco, el “placer” de exhibir
antes los ojos de los demás nuestros movimientos. Dichos privilegios
pertenecían a la élite: grandes empresarios, deportistas de élite, actores,
cantantes, músicos, un largo etc. El ser humano de a pie, casi nunca ha tenido
la necesidad de exponer al público
nuestros viajes, nuestras sonrisas, nuestras tristezas o quejas, en definitiva
toda la inmensa gilipollez que nos ponemos por montera para exponer.
Por fin,
el pueblo llano tiene la oportunidad de salir en el escaparate social de la
vida, que los demás los vean, los animen, y le den a un “me gusta”. Y, además empezamos creer, que si no se dan algunos de los
aspectos anteriores es que algo puede a comenzar a fallar en nuestros contactos
basándonos en argumentos de “peso”:”no le da al me gusta”, “comenta
negativamente” , “ no abre el archivo”, “no
me lee”, “no dice nada”, etc.
A continuación,
paso a determinar algunos prototipos de usuarios, de los cuáles, prácticamente todos
hemos pasado alguna vez:
-
Los
corredores o deportistas: publicamos nuestro km, ritmos y rutas. Desde las más cutres y cortas,
pasando por grandes logros. Cuando hacemos publicaciones de este tipo...¿qué
buscamos realmente?, algún refuerzo, un reconocimiento, un “guau”, el aplauso
que nadie te da, provocar en los demás conocimiento qué haces deporte. Es
curioso, ¿Alguien ha publicado alguna vez un entrenamiento de basket o de fútbol?
-
Los
descontentos con sus fotos de perfil: se nos conoce por estar
cambiando de perfil cada 15 minutos. E incluso en un mismo día este movimiento
de imágenes se puede dar varias veces. ¿Qué buscamos aquí? La mejor foto, nuestro
mejor perfil, exposición estética a la espera de elogios muchos de ellos
sinceros y otros no tanto, sorprender a alguien, buscan un “guap@” cuando lo
son y si no lo son también(esto tiene más delito), hedonismo, narcisismo,
descontento continuo con el físico, ¿? , etc.
-
Las almas
en pena: publican su tristeza las 24 horas del día: “qué asco de vida”,
“todos nos roban”, “vaya mierda” , “nadie me comprende”...etc. Si se realiza un
análisis de rutinario la mayoría de sus comentarios son relativos a qué el mundo
está contra ti, y que además no tiene solución la cosa. Buscan con dichas
publicaciones el desahogo, el comentario fácil, el “ánimo tío”, ¿?, etc.
-
Las almas
happy: sus publicaciones son siempre positivas, siempre tienen
sonrisas, siempre hay eventos llamativos donde se lo pasan bien, no se quejan,
todos es felicidad y buena vida...Vamos que no tienen problemas las 24 horas
del día, cojonud@s todo el año. Qué venden o qué pretenden con estas
publicaciones: un estado real de felicidad perpetua, publicar una irrealidades,
dar un perspectiva de que la vida les va bien, compartir la alegría verdadera y
disfrutan siendo compartida por los demás...¿?
-
Los
Gourmet: estas publicaciones siempre me ha gustado, la verdad, y en su
tiempo fui algo “jartible” con ellas. Son aquellos que exhiben platos y vinos
de todo tipo, desde una gran cocina de autor hasta una simple tortilla de “papas”.
Sus publicaciones en ocasiones pierden el rumbo y en otro casos, muestran
platos de verdadero ingenio. ¿Qué se pretende? Mostrar el arte culinario, “decir
intrínsecamente estoy aquí ” , que se le caiga la baba al que lo ve, ¿?, etc.
-
Los
silenciosos: estos no publican nada de su cosecha, ni dicen
nada, ni comparten, solo cotillean, en ocasiones nos preguntamos si están la
lista de contactos, y sí están, pero solo se dedican a mirar perfiles y a
opinar en silencio.
-
Los
compartidores: es un avance de anterior, no publican nada de su
cosecha, pero siempre comparten miles de enlaces diarios y dan a muchos al “me
gusta”.
-
Los
ocasionales: me gustan mucho, sabes que andan por ahí,
publican ocasionalmente, pero cuando lo hacen es digno de mención y de calidad.
-
Los
adivina adivinanza: tienen la capacidad de publicar mensajes tipo: “
Llegó la hora...”, “ Lo sabía”, “ Ya no puedo más”...¿Qué puñetas pretendemos
con esta publicaciones? Crear muchos...¿Qué te pasa amig@?, ¿ Pero qué ha
ocurrido? , etc... Sinceramente, yo cogería y los llamaría por teléfono tal
como ponen la publicación para ver su gravedad.
-
Los Gran
Hermano: relatan su vida las 24 horas...”me he despertado, no sé qué
hacer”, “ya he desayunado, no sé si hacer acrofit o subir con Pocholo a la
Sierra”, “Almorzando con Pocholo”, “Voy a hacer de vientre”, “Voy a dormir una
siestita relajada”...La soledad delata.
-
Los
políticos: todo gira alrededor de un partido, o un mismo
tema, y no existen otros temas en sus
entradas que la crítica política y el sofocón imparable de defender a unos
ideales o de criticarlos.
Evidentemente, existen muchos más modelos,
mezclas y combinaciones posibles, lo que sí es verdad que el ser humano ha
encontrado una necesidad-oportunidad que quizá antes no la anhelaba en su vida,
que es la de exponer ante los ojos de los demás sus pensamientos, sentimientos,
su estética , vivencias y secretos, y seguramente sin muchas pretensiones
maliciosas ante una publicación. Tal vez, los ojos de los que la perciben tengan más peligrosidad que la propia
publicación en sí.
A todo esto, voy a publicar esta entrada para
que la lea mucha gente.
¿ Y tú, por qué publicas?